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marianamalagon
Textos sobre comunicación y cultura
jueves, 3 de septiembre de 2015
viernes, 8 de marzo de 2013
Análisis discursivo de las noticias
Análisis discursivo de las noticias.
Por Mariana Malagón.
Introducción.
El objetivo de este texto
es analizar de qué modos el periodismo construye la información porque
cualquier noticia esta escrita o producida desde cierto punto de vista
ideológico. Las ideologías son conjuntos de ideas que explican la realidad y
justifican ciertas prácticas. Son creencias, maneras de entender la realidad, y
las hay dominantes y minoritarias. Por ejemplo, en Argentina, la religión
oficial es la católica, la economía es capitalista y las leyes son burguesas
(defienden la propiedad privada, la libre competencia y los derechos
individuales). Sin embargo, hay practicantes de otras religiones y ateos. Y
existen propuestas políticas y económicas que critican el capitalismo y buscan
derribarlo o reformarlo. A nivel cultural, también hay propuestas dominantes:
la familia tradicional de padres heterosexuales que repiten las normas y
valores de sus antecesores. Pero también hay nuevos tipos de familia, como las
familias homosexuales o las familias heterosexuales que buscan romper con el
machismo.
Las ideologías son
“paquetes de ideas” que pueden repetirse por siglos o por el contrario pueden
ir cambiando o desapareciendo.
Actualmente, vivimos en sociedades mediatizadas (Verón, 1995), o sea,
sociedades cuyas ideas y visiones del mundo están condicionadas por las
construcciones que fabrican los medios masivos de comunicación. En el pasado,
las creencias y valores eran creados por la iglesia, las instituciones
educativas y médicas, la familia, el gobierno, la justicia, los grupos de
artistas, las redes de amigos y conocidos, etcétera. Actualmente, lo que
pensamos y sabemos también es producido en diferentes ámbitos de interacción
interpersonal, pero cada vez más, los medios masivos toman estas ideas y las
reproducen en sus programas.
Tomemos como caso de
análisis, el problema del abuso de sustancias adictivas que es cada vez mayor
en nuestra población. Sobre este tema, se habla en las familias, en las calles,
en la escuela, en el gobierno. Los medios también hablan sobre esto, pero la
gran pregunta es cómo hablan, qué dicen, a quién entrevistan, etcétera. Por
ejemplo, un periodista puede entrevistar solo a funcionarios del gobierno
explicando lo que se hace al respecto. O puede entrevistar a jóvenes de bajos
recursos económicos, mostrándolos como delincuentes cuyo destino fatal es la
marginación y la muerte (Alvarez, 2009). También puede hacer un análisis en
profundidad de las causas históricas, económicas y sociales que llevan a este
tipo de problema, entrevistando a especialistas de diferentes áreas con
conocimientos profundos sobre estas cuestiones. La manera de “encarar” la
información es totalmente distinta en los tres casos: en uno solo tiene la voz
un sector, en el otro se estigmatiza[1]
a un grupo social y en el tercero se busca comprender y explicar este fenómeno
social.
Los medios masivos de
comunicación producen en sus diferentes lenguajes (radio, televisión, prensa
escrita) distintos tipos de géneros discursivos: ficción, espectáculos,
entretenimiento, información periodística, publicidad y un nuevo género como el
de los realitys shows que son programas que combinan la información de
actualidad con la dramatización y ficcionalización de situaciones de la vida
real. En este análisis nos vamos a detener a analizar las características del
periodismo.
1.
El
periodismo como discurso social.
El
periodismo busca básicamente informar, o sea, brindar información sobre hechos
novedosos y de actualidad. La información debe ser veraz y exacta. Dentro del
periodismo se debate si se debe ser objetivo o no. Algunos periodistas
consideran que es posible ser objetivo, o sea, contar un hecho tal cual sucedió
sin dar una opinión personal o subjetiva. Otros periodistas consideran que esto
es imposible, porque cualquier información que se brinda siempre está
atravesada por la manera de ver el mundo de cada uno y de cada empresa
informativa en la que se trabaje.
El
periodismo es emitido por empresas estatales o privadas. Los medios estatales
responden en mayor o menor medida a una política de comunicación del gobierno
de turno. Los medios privados tienen como objetivo obtener una ganancia pero
también responden ideológicamente a alguna corriente política y económica.
Cada
medio de comunicación tiene lo que se denomina una “línea editorial” que marca
la opinión del medio con respecto a los temas de orden público. Por ejemplo,
con respecto al tema de las protestas con cortes de calle, un diario como La
Nación va a remarcar lo problemático que resulta esto para la gente que no
protesta porque tiene una postura política de derecha[2].
Un diario como Página 12 que suele respaldar a los partidos de izquierda y a
los movimientos de protesta va a informar sobre la cantidad de gente que
concurrió, sobre el objetivo político de la marcha, etcétera. La línea
editorial del medio tiene que ver con la postura política de los dueños del
medio, que son quienes deciden qué información se publica y bajo qué punto de
vista.
Un
hecho se convierte en noticia cuando un medio de comunicación lo selecciona y
lo elabora. Diariamente suceden muchas cosas, pero el medio elige lo que
selecciona como noticia. Por ejemplo, una protesta vecinal pidiendo seguridad
puede no ser informada y entonces ese hecho no se convierte en noticia. Si se
informa sobre la protesta comienza el proceso de elaboración en el que el
periodista y el camarógrafo o fotógrafo elegirán:
1)
a quién entrevistar (por ejemplo al comisario de
la zona o a la gente),
2)
qué temas
preguntarán;
3)
cómo realizarán las preguntas;
4)
qué tomas o fotografías se tomarán;
5)
cómo se
presentará el hecho.
6)
Luego, en la televisión se realizará la
compaginación de tomas, el editor le dirá a los conductores cómo presentar,
comentar y cerrar la nota; también se seleccionará qué títulos y comentarios
gráficos agregar a la nota, qué música poner, etcétera.
A
través de los medios de comunicación, muchos hechos se hacen conocidos para la población,
se discute sobre ellos y se produce a lo largo del tiempo un proceso de
producción de sentido por el que la sociedad elabora y procesa temas de orden
público (por ejemplo cuestiones sobre sexualidad, nuevas costumbres, nuevas
ideas, ideas políticas y económicas, problemáticas sociales, etcétera). En la
actualidad, son los medios de comunicación los encargados de procesar y
producir el sentido de los temas que vive una sociedad; por ejemplo, los medios
de comunicación muestran todo el tiempo una imagen del hombre y la mujer
(delgados, jóvenes, felices, bien vestidos, etcétera) que marca un modelo muy
autoritario sobre cómo deben ser estéticamente las personas y esto es algo que
toda la sociedad vive y padece (porque se impone a través de la violencia
psicológica que se da por la repetición del estereotipo y la promoción constante
de este modelo como el único “bueno” para “todos”).
La
función de los medios como aparatos informativos es esencial para la sociedad,
porque una persona, no puede enterarse de lo que pasa si no está en ese momento
presente: el periodismo puede contar lo que sucedió en un lugar muy lejano. Sin
embargo, la “gran cuestión”, como venimos viendo, es de qué manera se realiza
este proceso. Hay temas que pueden ser importantes pero que no tienen la cobertura
informativa necesaria y otros que son triviales y ocupan la primera plana de un
medio. Cada medio elije en primer lugar qué tema considera que es importante,
según sus propios criterios e intereses. Y además, según esta selección, el
tema ocupa diferentes lugares en el diario o en el programa de radio o televisión.
La primera plana y las primeras páginas son más importantes. También hay que
tener en cuenta la extensión del artículo y si tiene imágenes, recuadros o no.
El
periodismo debería regirse por la verdad, porque es la característica básica de
este discurso. ¿Pero qué es la verdad? ¿Tiene la verdad el diario Clarín cuando
afirma que el decreto 161 de la ley de servicios audiovisuales que plantea
límites a la cantidad de licencias que puede tener un grupo comunicacional es
inconstitucional? ¿O tiene la verdad un diario como Página/12 que apoya al
gobierno en su decisión de que este artículo se cumpla? Lo que tenemos son dos
argumentos que se sustentan en diferentes intereses y puntos de vista. Clarín
sostiene que en 2007 el presidente Néstor Kirchner le prorrogó la licencia por
quince años, y que por ende, hasta el 2022 tiene derecho a explotar todas las
licencias que le fueron concedidas. Por otro lado, el gobierno argumenta que la
nueva ley de servicios audiovisuales reordena todo el panorama sobre el
funcionamiento de los medios.
Ambos
argumentos, para los dos contrincantes son verdaderos. Como no pueden ponerse
de acuerdo, la justicia ha estado interviniendo al respecto. Lo que vemos, es
que el periodismo tiene sus propios puntos de vistas, sustentados por sus
intereses. Clarín quiere continuar poseyendo las licencias que tiene. El
gobierno quiere hacer cumplir la ley. Página/12 en general apoya todo lo que el
gobierno argumenta -también realiza análisis críticos de la gestión, pero en
general es “comprensivo”-. Toda la información que se publica sobre este tema
esta condicionada por los intereses de ambos medios. Página/12 está totalmente
de acuerdo con el gobierno y además recibe gran cantidad de publicidad oficial.
Clarín quiere continuar ganando dinero con sus medios de comunicación y seguir
siendo el multimedios líder en el mercado.
El
análisis de este caso demuestra que en general, la veracidad de la información
que se publica está condicionada por los intereses e ideologías de los dueños
de los medios. Pero lo que hay que tener muy claro, es que la subjetividad está
siempre presente. Sin embargo, lo que no puede faltar es la verdad. Los datos
que se publican no pueden ser falsos y tampoco se pueden inventar las noticias.
Lo que sucede es que las palabras tienen fuertes cargas valorativas que
refuerzan un punto de vista por sobre el otro. Analicemos dos titulares sobre
este tema:
·
Diario Clarín: “El gobierno presiona a la
justicia para que falle a favor de la ley de medios”
·
Diario Página/12: “El gobierno solicita que la
justicia se expida sobre la ley de medios”.
El
término “presiona” que utiliza Clarín da cuenta de una injerencia indebida del
gobierno sobre la justicia. En cambio, Página/12 enfoca la información desde
otro ángulo: utiliza una palabra “cortés” como “solicita” y un término jurídico
y neutro como “expedir”. Como vemos, ambos titulares dicen algo similar pero no
dicen lo mismo. Aquí se ve que el periodismo no esta mintiendo, pero sí esta
argumentando a favor de cierta postura. En este caso son los lectores quienes
deben decidir quién tiene la razón. La única forma para que un ciudadano pueda
elegir libremente es pudiendo acceder a diferentes fuentes de información.
Frente a cuestiones controvertidas, lo mejor es comparar información, realizar
un análisis y luego formular conclusiones.
Lo
que tampoco puede hacer el periodismo es manipular la información. Se manipula
cuando se presenta la información de manera tal que los receptores no sepan
toda la verdad o solo reciban argumentos parciales. Por ejemplo, cuando Clarín
dice que el gobierno quiere que solo haya voces favorables a su gestión está
manipulando la información, porque este medio puede seguir operando las
licencias que quiera seguir manteniendo si no supera la cantidad permitida[3].
Además, Clarín puede tener todos los diarios y sitios web que quiera porque la
ley no legisla sobre estos medios. Como se ve, este multimedios puede seguir
expresándose. Sin embargo, el medio manipula la información para presentarse
como una víctima del gobierno. Lo que “olvida” contar es que esta ley es para todas
las empresas comunicacionales. Al hacer esto también esta desinformando o no
informando.
Los
medios de comunicación privados pueden informar de lo que quieran y cuando
quieran si en el país donde operan existe la libertad de expresión. Lo que no
puede hacer ningún medio de comunicación -privado o público- es mentir.
Diferente es lo que ocurre con los medios estatales, porque brindan un servicio
al pueblo y por ello no deben manipular la información y desinformar. Los
medios privados también brindan un servicio y debe ser de calidad, pero si los
ciudadanos elijen consumirlos, aunque manipulen la información o desinformen,
el Estado no puede entrometerse porque eso sería violar la libertad de
expresión. Lo que pueden hacer los gobiernos y otros medios de comunicación es
denunciar estos abusos, pero no más. Mientras un medio no mienta, calumnie o
injurie[4],
nadie puede hacerle un juicio.
Los
límites entre lo objetivo y lo subjetivo no siempre son claros en el
periodismo. Pero este tipo de discurso cuenta con lo que se llama “géneros de
la información”. Los géneros son tipos de textos que tratan ciertos temas a
través de ciertos procedimientos narrativos. Existen géneros que pretenden
brindar la información de un modo objetivo y existen otros géneros que la
presentan subjetivamente. A continuación se expone brevemente las características
principales de los géneros periodísticos más comunes.
·
Noticia: presenta la información de
manera clara y sencilla, sin incluir juicios de valor explícitos por el
periodista. Es breve y ofrece lo más sobresaliente del hecho en pocas líneas.
En el primer párrafo se cuenta lo más importante y responde las cinco preguntas
fundamentales: quién, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué.
·
Crónica:
relata acontecimientos siguiendo un orden cronológico, comenzando por el
pasado. Suele ser más extensa que la noticia, se detiene en detalles
secundarios. Intenta ser objetiva, o sea, trata de contar lo sucedido tal como
pasó, sin emitir juicios de valor positivos o negativos del medio de
comunicación.
·
Nota: Es la narración de un hecho
mediante técnicas de redacción que permiten mayor libertad en el modo de
transmitir la información, con un enfoque particular, con una construcción más
flexible, con recursos literarios y estilo personal. Puede haber opinión, un
lenguaje coloquial e informal.
·
Notas de investigación: son informes de
investigación profunda sobre algún hecho o acontecimiento social. El periodista
busca fuentes variadas de información, se informa bibliográficamente y hace un
análisis exhaustivo de los datos hallados.
·
Columna de opinión: es la interpretación
personal que un periodista o una persona hace de un hecho.
·
Editorial: es la opinión del medio de
comunicación sobre un hecho; está escrito según las pautas ideológicas de la
empresa periodística.
·
Reportaje: es la transcripción textual –
a través de preguntas y respuestas – de una entrevista cara a cara con una
persona.
·
Biografía: redactada con el estilo de la
crónica, contiene únicamente información precisa, sin juicios de valor, acerca
de una persona. Incluye datos básicos como edad, ocupación, tareas que realizó
en su vida, vida familiar, etcétera.
·
Perfil: pone de relieve aspectos o
actividades de una persona, lo que implica un juicio de valor; se deben contar
datos biográficos básicos, pero se hace hincapié en algún aspecto de su personalidad o de su
actividad.
·
Gacetilla: es el anuncio de una actividad
cultural, política o social, a través de información sucinta, precisa y
objetiva. Se debe aclarar día y hora del evento, lugar y quiénes intervienen y
organizan.
2. Análisis discursivo de textos periodísticos.
Desde la semiótica y las ciencias del lenguaje se han desarrollado una
serie de herramientas para la recolección, análisis, descripción e
interpretación de los mensajes verbales o no verbales. Estas herramientas son
conceptos que dan cuenta de las operaciones que los textos ponen en juego y son
útiles para determinar posibles efectos producidos sobre el receptor y
presuntas intenciones del emisor (Atorresi, 1996).
Desde
la teoría de la enunciación elaborada por autores como Benveniste (1970)
tenemos algunas herramientas que nos permiten analizar cómo se genera sentido
desde los discursos. Para la teoría de la enunciación tenemos siempre un sujeto
enunciador que se dirige a un enunciatario o receptor y que produce enunciados
que configuran el discurso. Todo sujeto construye una imagen de sí mismo como
enunciador. Por ejemplo: docente exigente y severo. También construye la
imagen de sus destinatarios: alumnos
obedientes y estudiosos versus alumnos desobedientes y vagos. Entre estas dos
imágenes construye una relación enunciativa. Pero además de las modalidades de
la enunciación el sujeto enunciador construye modadalidades del enunciado,
valorando de un modo lógico (verdad-falsedad) y de un modo apreciativo (bondad,
maldad, belleza, fealdad, moralidad, inmoralidad, bien, mal, negativo,
positivo, etcétera). En realidad todo el tiempo estamos valorando
subjetivamente cuando hablamos. Un docente puede decir a un alumno, por
ejemplo: “Sí, me imagino que no estudiaste, era de esperar, tus últimas pruebas
fueron un desastre”. Enunciativamente está construyendo sobre sí mismo una
imagen de poder de quien tiene el conocimiento y por otra parte está
descalificando de la peor manera las evaluaciones realizadas por el alumno.
Otra manera de construir una relación con un alumno que no estudia es diciendo,
por ejemplo: “Vos sos un alumno capaz, tenés que ir viendo cómo levantás las
notas bajas, así vas mejorando las calificaciones”. Vemos que en este ejemplo,
el docente no juzga de un modo negativo al alumno e incluso lo alaba y le
propone alguna solución. Además, en lo discursivo oral juega mucho los tonos,
ritmos y acentos de la voz en este tipo de construcción del mensaje y de los
hablantes.
El
ejemplo anterior es útil para comprender que cualquier mensaje puede ser
analizado enunciativamente: todo emisor de un mensaje (enunciador) fabrica una
imagen de si mismo, del enunciado (mensaje) y del receptor (enunciatario).
Estas son las condiciones de producción de un mensaje. Luego, este mensaje
circula y es interpretado desde ciertas condiciones de recepción. Todo emisor
habla desde ciertas condiciones de producción para receptores que leerán el
mensaje desde ciertas condiciones de recepción. Por ejemplo, un docente autoritario
fue formado seguramente en ciertas condiciones socio-históricas y por ello
actúa de este modo. Actualmente, las condiciones de recepción de ese mensaje no
son en general propicias para recibir obedientemente este tipo de discurso y
por ende, los alumnos van a resistir, criticar o desobedecer a este tipo de
docente.
El
discurso periodístico tiene una particularidad: las noticias son redactas de un
modo por el cual los emisores del discurso no figuran subjetivamente. No hay un
“yo” que redacte, sino que es justamente un texto informativo, salvo justamente
en las notas de opinión. Por ello es complicado analizar la subjetividad del
medio, porque como pretende ser objetivo, la información no tiene un enunciador
explícito. El enunciador es el propio medio, que da su opinión en las
editoriales. Sin embargo, como se ya se estuvo viendo, siempre existe un punto
de vista periodístico, aunque permanezca oculto. A continuación, entonces, en
los textos periodísticos, no se va a analizar la imagen del emisor y la
construcción que realiza del receptor, sino básicamente las características
valorativas del emisor con respecto al propio texto. Se tendrá en cuenta lo
siguiente:
·
Las
relaciones paratextuales de los textos (sección periodística, títulos) así como
otros recursos expresivos como fotografías y tipografías
·
Las
modalidades del enunciado: los modos en que se valora y juzga lo enunciado
·
Los
protagonistas de los hechos: quienes pueden dar su punto de vista.
·
La
construcción del discurso directo y del discurso indirecto[5],
que tiene que ver con el modo en que cita la palabra de los protagonistas de
los sucesos.
A continuación, vamos a
analizar dos noticias sobre el conflicto salarial en la provincia de Buenos
Aires a comienzos del año 2013. Se analizan dos diarios, Página/12, oficialista
y Clarín, un medio opositor al gobierno. Las noticias son del día 4 de marzo de
2013 y fueron tomadas desde los sitios web. En el anexo de este artículo están
los dos artículos textuales.
2.1 Lo
paratextual.
Ambos diarios ubican la
noticia en la portada del diario, como una de las 6 noticias principales y sobre
el margen superior derecho. Esto da cuenta de la importancia que los dos medios
le brindaron al hecho. En los dos también figura en la sección de política. La
sección en la que aparece una noticia no es menor porque da cuenta del modo en
que se elabora la noticia: los temas de política y economía suelen ser los más
importantes, y otros, como sociedad, educación o policiales tienen menor
importancia. En este caso, los medios tratan la noticia como un tema netamente
político y no simplemente educativo o de actualidad. Como se trata de las
ediciones web no se puede precisar en qué páginas impresas de los medios
figuran, aunque en los sitios de internet estas noticias pueden leerse en las
páginas de inicio.
Clarín no tiene imágenes.
Página/12 muestra una foto de un aula vacía con un epígrafe que dice: “Los
docentes de la provincia ya habían parado 48 horas la semana pasada”. Los dos artículos son extensos ya que tienen
unos diez párrafos cada uno. En el caso de Clarín se trata de una crónica como
género periodístico porque va relatando la historia del conflicto. En el caso
de Página/12 tiene la estructura de una noticia, aunque es extenso.
2.
2.
Las modalidades del enunciado.
Lo
principal de un texto periodístico es lo que figura en los titulares. El título
de Clarín dice: “Otro paro afecta desde hoy también a los secundarios” y su
volanta hace hincapié en la cantidad de alumnos que se quedan sin clases de los
tres niveles de enseñanza y el hecho de que otra vez se repite el paro.
Página/12,
titula “Otro paro de los maestros bonaerenses”. La frase es similar a la del
otro medio pero explica que se trata solo de la provincia de Buenos Aires y no
da cuenta del hecho de que afecta los alumnos. La volanta y la bajada[6]
explican el motivo del paro, algo que Clarín realiza recién en el tercer
párrafo de su artículo. En el caso de
Página/12, la explicación gira en torno al hecho de que los maestros rechazan
el aumento del 17,8 por ciento ofrecido por la gobernación.
Clarín,
si bien informa sobre el reclamo puntual, lo principal a nivel semántico es que
4,5 millones de estudiantes no tienen clase “porque el gobierno provincial y
los gremios del sector no lograron un acuerdo”. Además, este medio realiza un
detallado análisis del conflicto explicando que la falta de fondos se debe a
que el gobierno nacional no le envía a Scioli “la asistencia financiera para
afrontar las paritarias” por las supuestas aspiraciones presidenciales del
gobernador. Solapadamente se justifican las dificultades de la provincia para
pagar por esta cuestión y porque “Buenos Aires destina a Educación alrededor de
un tercio de su presupuesto anual”, suavizando con este dato “el grado de
complejidad de un sistema que atraviesa una situación crítica”. Si bien el
medio no se pone explícitamente del lado del gobernador, es “comprensivo” con
su situación.
Página/12
no dice que el gobierno nacional no le envía los fondos a Scioli pero sin
embargo informa que otras provincias tienen conflictos salariales, como
Neuquén, Santa Cruz y Entre Ríos. Este medio enfoca la noticia desde el punto
de vista de los docentes, como se verá en el siguiente punto.
2.3 Los
protagonistas de los hechos y la construcción del discurso directo o indirecto.
Un
punto fundamental en la construcción de la información tiene que ver con quién
puede opinar, quién puede expresarse, dar su palabra. En el caso de Clarín, si
bien aparecen las voces de los sindicalistas, también aparecen las voces del
gobernador, de “los técnicos de economía de La Plata”, el Ministro de Trabajo y
el Jefe de Gabinete.
Página/12 construye la información de otro modo ya que las
voces principales son las de los representantes de los trabajadores, Ricardo
Baradel (Suteba) y Mirta Petrocini (Feb). Lo que argumenta la provincia de
Buenos Aires es presentado de modo sucinto “lo mejor propuesta que podía
pagar”. Las voces de Baradel y Petrocini son citadas de modo directo y los
verbos que las presentan refuerzan la idea de que lo que dicen es correcto. Por
ejemplo, Baradel “asegura”, “lamenta”, “ratifica”. Además, las palabras de los
dirigentes justifican la legitimidad del conflicto, ya que explican los motivos
del reclamo.
En
Clarín figuran los motivos, pero de un modo menos importante, ya que están al
final del texto y tienen menor extensión porque los argumentos del gobierno
provincial ocupan mayor espacio. En Página/12, los motivos del conflicto son lo
principal de la noticia y son dichos por sus propios protagonistas en discurso
directo. La utilización del discurso directo le da mayor protagonismo a los
actores de la noticia, porque lo dicho por ellos no es interpretado por el
periodismo, sino citado textualmente tal como se enunció.
Conclusiones.
El análisis de los dos
artículos sobre el reclamo docente en la provincia de Buenos Aires demostró que
sobre un mismo hecho, la construcción de la noticia es diferente según la línea
editorial de cada uno. Página/12 no informa sobre el hecho de que el gobierno
nacional no le gira fondos a las provincia porque este medio esta encuadrado
ideológicamente con la presidenta de la nación y en contra del gobernador
Scioli, que es un opositor de Cristina Kirchner. Como Clarín se opone a la
política del gobierno nacional[7],
elije defender al gobernador Scioli. Estas cuestiones que exceden la cuestión
docente, están presentes en cómo cada medio construye la información.
Si bien, como se analizó,
ambos medios informan en general lo mismo, hay diferencias, tal vez sutiles,
desde cierto punto de vista, pero que tampoco son menores. Porque más de allá
de la cuestión estrictamente política, está la postura ideológica de cada medio
con respecto a los derechos de los trabajadores y la legimitidad de la huelga
como medida de fuerza. Como se vio, Clarín enfatiza el hecho de 4,5 millones de
alumnos se quedan sin clases; aunque los reclamos docentes están presentes en
el artículo, lo principal es que los estudiantes no comienzan las clases. En
Página/12 este tema ni siquiera se menciona y lo principal es que los docentes
se vieron obligados a realizar esta medida fuerza porque la propuesta del
gobernador no es satisfactoria.
El periodismo tiene la
obligación de informar verazmente. En los artículos analizados, la verdad está
presente pero de diferentes maneras, ya que cada medio selecciona y elabora de
modos distintos la información. En el caso de Clarín, el eje de la crónica gira
alrededor del perjuicio para los alumnos y de la falta de acuerdo entre las
partes. Para Página/12, el eje de la noticia es que el gobierno provincial no
resuelve los reclamos de los trabajadores.
Las implicancias ideológicas de cada noticia son claras: en el primer
caso, los docentes son los responsables del perjuicio para los estudiantes y en
el segundo, el gobierno es el responsable de la huelga. De un modo muy sutil,
ambos medios, interpretan políticamente los hechos. Para un medio, los docentes
son los responsables del problema y para el otro, es el gobierno de Scioli
quien no actúa correctamente.
Sin embargo, más allá de
la cuestión política coyuntural, los medios de comunicación comerciales no
suelen apoyar los reclamos de los trabajadores ya que ideológicamente apoyan al
sistema capitalista que se basa justamente en producir ganancia para los
empleadores a costa del trabajo de los empleados. De todos modos, existen
medios inclinados a un pensamiento de izquierda que apoya las luchas de los sectores
menos poderosos. Por eso, y para finalizar, es importante comprender que el
periodismo puede ayudar a reforzar ideológicamente situaciones de injusticia y
opresión o puede colaborar en difundir mensajes liberadores y emancipadores. Si
bien es cierto que los estudiantes tienen derecho a estudiar, también es cierto
que los trabajadores de la educación tienen derecho a cobrar salarios justos.
Porque sin salarios adecuados, ninguna educación es buena.
Bibliografía
citada y consultada.
-Alvarez
Mariana (2009): “El poder de nombrar(los): prácticas culturales y relaciones de
clase. Una aproximación al estudio de las representaciones televisivas sobre
jóvenes usuarios de drogas diversas: paco, poxi y éxtasis” ponencia presentada
en XIII Jornadas Nacionales de
Investigadores en Comunicación San Luis, 1,2 y 3 de Octubre de 2009 disponible
en http://www.redcomunicacion.org/memorias/pdf/2009maalvarez__mariana.pdf
- Atorresi,
Ana (1996): Los estudios semióticos. El
caso de la crónica periodística, Ministerio de Cultura y Educación de la Nación.
-Bajtin,
Mijail(1993); Problemas de la poética de
Dostoievski, Fondo de Cultura Económica, México.
-Benveniste,
Émile (1970): Problemas de lingüística
general, Siglo XXI, México.
- Foucault, Michel (1980): Microfísica del poder, Ediciones La Piqueta , Madrid.
-----------------------(1973): El orden del discurso, Tusquets,
Barcelona.
-Goffman, Erving (1970): Estigma: la identidad deteriorada,
Amorrortu, Buenos Aires.
- Martini, Stella (2000): Periodismo, noticia y noticiabilidad,
Norma, Bogota.
-Manguineau, Dominique (1980): Introducción a los métodos de análisis del
discurso, Hachette, Buenos Aires.
-Rodrigo Alsina Miquel (1993): La construcción de la noticia, Paidos,
Barcelona.
-Verón, Eliseo (1995): “Interfaces,
sobre la democracia audiovisual avanzada” en Ferry J. M., Wolton, D. y otros: El
nuevo espacio público, Gedisa, Barcelona
Anexo. Los artículos
analizados.
Diario Clarín.
Otro paro afecta desde hoy también a los secundarios
POR FABIÁN
DEBESA
La
huelga docente por 48 horas impedirá el comienzo del ciclo lectivo de 1,4
millón de alumnos de escuelas medias. Los de Jardín y Primaria tampoco tendrán
clases. Un gremio para toda la semana.
COMPARTIR
LA PLATA. CORRESPONSALÍA -
04/03/13
El mayor sistema educativo del país y uno de
los más extensos del continente seguirá paralizado por una protesta que tiene
final indefinido. Más de 4,5 millones de alumnos bonaerenses de todos los
niveles de enseñanza –jardín de infantes, primario y secundario– estarán sin
clases buena parte de la semana que comienza porque el gobierno provincial y
los gremios del sector no lograron un acuerdo en la discusión paritaria para
establecer los niveles de aumento salarial para el año 2013.
El Frente Gremial Docente (integrado por
Amet, FEB, Suteba, Uda y Sadop) que concretó un paro de 48 horas la semana
pasada y complicó el arranque del ciclo lectivo en Primaria y Jardín,
continuará con una medida idéntica hoy y mañana, cuando el calendario escolar
establecía el inicio de las clases en el nivel medio. Allí están matriculados
1,4 millón de adolescentes. El cronograma de protestas incluye una marcha el
miércoles al Ministerio de Educación de la Nación, a la que convocó también la
central nacional CTERA y un paro de 120 horas (5 días) dispuesto por Udocba, un
sindicato con menor influencia que está alineado con la CGT de Hugo Moyano. La semana
pasada el paro de Udocba iba a ser de 72 horas, pero también al final abarcó
toda la semana.
La negociación salarial está trabada. El
Ministerio de Trabajo de la Provincia propuso un aumento del 17,8% en los
haberes a pagar en tres tramos. Llevaba el mínimo del maestro de grado a 3.248
pesos en marzo; a 3.332 pesos en julio y a 3.416 en diciembre.
La oferta fue rechazada por los sindicatos y
se intensificó el plan de lucha. “Lamentamos esta situación porque intentamos
hacer lo posible para no entrar en crisis”, dijo Roberto Baradel, secretario de
Suteba. Y pidió a Daniel Scioli “concretar estrategias para garantizar el
presupuesto en educación”.
El gobernador requiere un refuerzo
presupuestario de entre 10 y 12 mil millones de pesos para hacer un ofrecimiento
que destrabe la situación. Pidió asistencia al Gobierno Nacional, pero hasta
anoche no había respuestas. Los ministros provinciales tienen interrumpidos los
canales de diálogo con sus colegas nacionales. Los técnicos de Economía de La
Plata argumentan que siempre (desde 2007, al menos) recibieron asistencia
financiera para afrontar las paritarias. Y esta vez se cerraron los canales de
ayuda. El ahogo monetario –evalúan en la capital provincial– estaría vinculado
con las aspiraciones presidenciales de Scioli (ver Desde Nación aprietan...). “La
última oferta que hicimos fue reuniendo fondos propios. Es la mejor alternativa
que pudimos acercar”, dijeron los colaboradores del gobernador.
La paritaria docente 2013 resultó más
conflictiva que en períodos anteriores. A nivel nacional, el ministro Alberto
Sileoni decidió cerrar la discusión con un incremento del 22%, bastante lejos
del reclamo del 30% realizado por los gremios. Por eso CTERA marchará el
miércoles para reclamar la reapertura de la negociación.
“La lucha va a continuar hasta tanto asuman
el compromiso de sostener la educación pública con salarios dignos para los
docentes”, reclamó Mirta Petrocini, presidente de la FEB.
Sin recursos extra y con dinero propio
insuficiente, el gobierno provincial apela al desgaste de la protesta. El
ministro de Trabajo, Oscar Cuartango, reiteró que se descontarán de los
próximos sueldos los días de paro que realicen los maestros. Scioli admitió –en
su discurso ante la Asamblea Legislativa– que “las medidas de fuerza generan
angustia”, aseguró que “comprende los reclamos” y se comprometió a “seguir
trabajando para encontrar una solución”. También el Jefe de Gabinete, Alberto
Pérez, pidió “negociar con los chicos en las aulas”. No obstante, por ahora no
hay fecha para un nuevo encuentro formal de la paritaria.
Los paros de la semana pasada fueron
contundentes. Tuvieron alta adhesión en las escuelas públicas de toda la
provincia y resultó despareja en el sistema privado. La expectativa para los
próximos días es similar, según admiten en el Frente Gremial.
Buenos Aires destina a Educación alrededor de
un tercio de su presupuesto anual de 139 mil millones de pesos. Son 41.828
millones previstos para el pago de 330 mil educadores, 65 mil auxiliares y el
funcionamiento de los 15 mil edificios escolares. Cada punto de mejora en el
salario de los maestros representa 650 millones de pesos por año. Estos números
marcan el grado de complejidad de un sistema que atraviesa una situación
crítica.
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Página/12. El país
Lunes, 4 de marzo de 2013
Los
docentes cumplen una huelga hoy y mañana en reclamo de un aumento salarial
Otro paro de los maestros
bonaerenses
Los
dirigentes del Frente Gremial Docente rechazan la propuesta de incremento
ofrecida por el gobierno de Scioli. Baradel, de Suteba, les reclamó a las
autoridades de la provincia que “salgan del letargo para resolver la crisis”.
Los docentes de la provincia ya
habían parado 48 horas la semana pasada.
Sin
acuerdo salarial con la gobernación de Daniel Scioli, los maestros bonaerenses
comienzan hoy un paro de 48 horas. El titular del Suteba, Roberto Baradel,
ratificó la medida en rechazo a la propuesta de aumento de un 17,8 por ciento.
El dirigente aseguró que los maestros tienen voluntad de resolver “cuanto
antes” el conflicto, pero reclamó a las autoridades de la provincia que “salgan
del letargo para resolver de alguna manera la crisis”.
“Es una medida de fuerza
y hay que decir que lamentamos llegar a esta situación porque no la buscamos, e
intentamos hacer todo lo necesario para que no se diera”, agregó.Los sindicatos reunidos en el Frente Gremial Docente reclaman un 30 por ciento de aumento. La semana pasada, después de un primer paro de 48 horas, la gobernación les ofreció un 17,8 por ciento repartido en tres etapas: un 12 por ciento en marzo, un 2,9 en septiembre y otro 2,9 en diciembre. Los sindicatos lo rechazaron por insuficiente y se quejaron de que la propuesta está por debajo incluso de la suba fijada por la Nación.
Sin embargo, la gobernación argumenta que el contexto económico no es el de otros años y que formuló “la mejor propuesta que podía pagar”.
Para la secretaria general de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), Mirta Petrocini, el panorama “no es alentador”. “Creo que esta negociación va a ser mucho más difícil que la del año pasado, porque el contexto político cambió”, señaló, aludiendo a la relación entre Daniel Scioli y el gobierno nacional.
A su vez, Baradel agregó que “el semestre anterior fue muy malo para la provincia de Buenos Aires”, al recordar que “hubo cortes en el servicio de transporte escolar, comedores escolares”.
“Hay un problema muy grande de infraestructura y muchas escuelas que están en muy malas condiciones, donde no empiezan las clases no por el tema del conflicto sino por las causas del conflicto, porque no arreglan las escuelas”, lamentó.
El paro de dos días fue convocado por los cinco gremios que integran el Frente Gremial (Suteba, FEB, UDA, AMET y los privados de Sadop). Por otra parte, el sindicato cegetista Udocba convocó a sus afiliados a parar de lunes a viernes.
Hoy también habrá paro docente en la provincia de Neuquén, donde los maestros agremiados en ATEN comenzarán una protesta de 72 horas para sostener su reclamo de aumento salarial y repudiar una advertencia del gobernador Jorge Sapag de impulsar una consulta popular contra las huelgas del sector.
Los secretarios generales del gremio decidieron en un plenario extender la huelga que impidió el comienzo normal de las clases en la provincia con un paro que ahora finalizará el miércoles, cuando marcharán hacia el puente que une Neuquén y Cipolletti.
El miércoles hay además anunciado un paro de los maestros de Santa Cruz, donde los sindicatos del sector rechazaron la oferta del gobierno provincial de un 25 por ciento de aumento, por ser la mitad de lo que están pidiendo.
Otra provincia donde todavía no está cerrada la negociación paritaria es la de Entre Ríos. Allí, los maestros de Agmer presentarán hoy una contrapropuesta a la gobernación de Sergio Urribarri. El sindicato acordó en un plenario elaborar un nuevo reclamo al gobierno entrerriano, que ofertó una suba del 22 por ciento en tres tramos. Los docentes piden un 28 por ciento en no más de dos etapas y que no se descuenten los días parados; por otra parte, denuncian que hubo “acciones intimidatorias” contra directivos de escuelas.
[1]
Por estigmatización se entiende el proceso de descalificar y denigrar a
personas que tienen ciertas características que un grupo social considera
inferiores o negativas (Goffman, 1970). Por ejemplo, se estigmatiza a alguien
que vive en una villa miseria rotulándolo automáticamente como delincuente o
vago.
[2]
La derecha defiende los intereses de la burguesía, o sea, de los dueños de los
medios de producción (empresas, fábricas). La izquierda defiende los derechos
de los trabajadores y pobres. El centro defiende más bien los intereses de las
clases medias. Esta definición es un tanto esquemática y reductiva pero sirve
para comprender qué significan estos conceptos.
[3]
A nivel local -por ejemplo Ciudad de Buenos Aires y alrededores- un multimedios
solo puede tener 3 licencias de radio o TV abierta como por ejemplo, un canal
de televisión y dos radios. Y si tiene TV abierta no puede tener TV por cable.
A nivel nacional puede tener hasta 10 medios de TV y radio abierta y 24
licencias de cable. Y si tiene TV satelital no puede tener TV abierta.
[4]
Calumniar es atribuir falsamente la comisión de un delito; injuriar es agredir
verbalmente a otra persona.
[5]
El discurso directo es cuando lo dicho aparece textualmente, tal como se dijo y
para ello se utilizan comillas. El discurso indirecto es cuando lo dicho
aparece en la voz de otra persona y por lo tanto no se usan comillas; por
ejemplo: El jefe de gobierno dijo que no está de acuerdo con el reclamo. Si
fuera discurso directo diría El jefe de gobierno dijo: “No estoy de acuerdo con
el reclamo”.
[6]
La volanta o copete es el título que se inserta sobre el título principal y la
bajada es un párrafo que queda debajo de este título.
[7]
Principalmente por el debate sobre la ley de servicios audiovisuales, pero
también por otros motivos económicos y políticos.
lunes, 4 de marzo de 2013
Políticas de comunicación en Argentina
Políticas de comunicación en
Argentina. 1920-2010.
Por Mariana Malagón.
Introducción. Los inicios.
Por
“políticas de comunicación” se entiende el modo en que los estados regulan el
funcionamiento de los medios masivos de comunicación. En este artículo se verá
cómo el estado argentino legisló sobre el uso de la radio, la televisión y los
diarios. Se irá viendo el fenómeno desde el análisis cultural, pero básicamente
se analizarán las cuestiones políticas y económicas que explican las sucesivas
reglamentaciones y legislaciones.
La constitución nacional
de 1853 establecía en el artículo 14 el derecho de publicar ideas por la prensa
sin censura previa. En 1875 se promulgó la ley que regulaba el funcionamiento
de los telégrafos en el territorio nacional y en 1913 se establece el monopolio
estatal del servicio de correos y telégrafos. Cuando nace la radiodifusión, en
1920, las primeras emisoras solicitan permisos a la Municipalidad de
Buenos Aires. Sin embargo, la Dirección General de Correos y Telégrafos dependiente
del Ministerio de Interior también comienza a otorgarlos definitivamente en
1928 por un decreto del gobierno de Hipólito Irigoyen (Mastrini y Agusti, 2006).
En radio y televisión,
para poder ser titular de una onda radioeléctrica se debe concursar para
obtener una licencia. Las frecuencias son limitadas y son administradas por el
Estado. Por eso es tan importante que exista una legislación clara sobre cómo
funciona el sistema de otorgamiento de licencias. La primera ley nacional de
radiodifusión se promulgó recién en 1953. Hasta entonces solo hubo decretos que
regulaban una actividad que era básicamente privada, o sea, desarrollada por
empresas comerciales con fines de lucro. Pero antes de continuar con conceptos
teóricos, es necesario comentar cómo comenzó en Argentina la radiodifusión. Así
lo relatan Mastrini y Agusti (2006:31):
“La primera transmisión, a cargo de
Enrique Susini, Luis Romero Carranza, César Guerrico y Miguel Mujica, se llevó
a cabo el 27 de agosto de 1920 desde el teatro Coliseo y fue recibida por
aproximadamente 50 aparatos receptores, en manos de aficionados. El responsable
de la transmisión fue Susini, que un año antes, en Francia, había indagado
sobre los equipos transmisores utilizados por el ejército francés para las
comunicaciones entre los frentes durante la Primera Guerra Mundial.
Junto a Guerrico, Carranza y Mujica,
Susini formó desde ese momento LOR Sociedad Radio Argentina y acordó con los
titulares del Coliseo poner una pequeña antena en la terraza del teatro. Por
este hecho fueron llamados ‘los locos de la terraza’. Después de la transmisión
inicial de la ópera Parsifal Radio
Argentina continuó un ciclo que incluyó a ‘todas las obras inscriptas en la
temporada lírica que ofrecía el Coliseo en competencia con el Teatro Colón’
(Vila, 1950)”.
En 1922 inicia sus
transmisiones Radio Cultura desde el Hotel Plaza. Se sustenta mediante
publicidad. Luego, en el mismo año surge Radio Sud América, que es financiada
por un grupo de comerciantes dedicados a la actividad radioeléctrica. También
en ese año, según Mastrini y Agusti (2006), se inaugura Radio Brusa, de
Francisco Brusa. Luego, se van iniciando otras radios, como Radio Gran
Splendid, Casa América, Radio Nacional. En 1927 Radio Nacional es vendida a
Jaime Yankelevich que la llamará Radio Belgrano e instalará “… un modelo de
radiodifusión que, caracterizado por el show y el entretenimiento popular,
concentraba una audiencia significativa que a su vez atraía a los anunciantes.
Así comenzó el principal modo de financiamiento de la radio hasta nuestros
días, el publicitario” (Mastrini y Agusti, 2006: 35).
En la década de 1920
nacen y mueren varias emisoras y recién las radios se configuran como medios
masivos de comunicación en la década de 1930. Las principales radios se
concentran en la ciudad de Buenos Aires. El interior del país retransmite los
programas de Buenos Aires, limitándose a sólo dar noticias locales y formándose
así el sistema de redes o “broadcasting”. Como explican Mastrini y Agusti
(2006: 42 y 43):
“El sistema de
redes de emisoras terminó de consolidarse en el período 1937-1941, cuando las
principales estaciones se agruparon en dos redes, encabezadas por LR1 Radio El
Mundo y LR3 Radio Belgrano. En 1941 el gobierno completó la legalización de
esta situación cuando autorizó el funcionamiento de una tercera red encabezada
por LR4 Radio Splendid”.
Conceptos claves.
Hasta aquí se analizó el
comienzo de la radiodifusión en Argentina. Es el momento de introducir algunos
conceptos útiles para comprender las políticas comunicacionales. Un concepto fundamental
es el de “libertad de expresión”,
derecho que asegura que cualquier habitante puede decir lo que piensa por
cualquier medio o canal sin censura previa. Como se explicó, este derecho ya
estaba contemplado en la
Constitución de 1853. Sin embargo, este derecho puede ser
fácilmente vulnerado. Así, todos los gobiernos de facto, violaron la libertad
de expresión durante el siglo XX. Se elaboraron listas negras y se encarceló y
persiguió a quien opinaba distinto al gobierno. Pero también sucede que en los
medios de comunicación se da la censura
implícita. Así, cuando por ejemplo, un gobierno quiere castigar a un medio
opositor no le ofrece publicidad oficial o no concede licencias a grupos que
son contrarios a la ideología del gobierno de turno. La auto-censura se da
cuando un medio o un periodista no difunde una información para no contrariar
al gobierno o a un grupo económico poderoso. Por ejemplo, un periodista puede
conocer un caso de corrupción, pero no informa sobre esto para no tener
problemas. O puede saber que una fábrica contamina, pero no difunde el dato por
miedo a que el dueño de la empresa lo amenace. Como cuentan Mastrini y Agusti
(2006), en los comienzos de la radiodifusión, los titulares de las licencias
buscaban no oponerse a los gobiernos de turno para que éstos no interfirieran
en sus negocios. La radio en la década de mil novecientos cuarenta tiene su
época de esplendor: grandes estrellas como Nini Marshall y Luis Sandrini
generan grandes audiencias y los anunciantes pagan altos precios para hacer
publicidad. Su desarrollo era enteramente privado y los gobiernos no se
entrometían a cambio de que los programas no informase de un modo opositor.
Vale aclarar que durante
los gobiernos oligárquicos de la segunda mitad del siglo XIX y la primera parte
del siglo XX, existió en general la libertad de expresión, aunque también se
persiguió y censuró a los socialistas y anarquista y en varias ocasiones se
cerraron sus diarios y se confiscaron sus imprentas. Se trataba de una prensa
facciosa, o sea, política, no comercial, que sostenía y difundía las posturas
políticas de las diferentes facciones gobernantes o aspirantes al poder. Pero
ya a comienzos del siglo XX los diarios de grandes tiradas como La Nación , La Razón o
Crítica, son más comerciales y menos
facciosos. El interés está puesto, no en defender a un político o a una
facción, sino en conseguir anunciantes y vender ejemplares. El caso de los
diarios es diferente al caso de la televisión o la radio, ya que cualquiera
puede tener un diario, pero para tener una emisora se necesita que el gobierno
la adjudique. Y es por ello que la cuestión de la censura implícita y la
auto-censura se convierte en una cuestión importante.
Como ya se dijo, durante
los gobiernos militares no hubo plena libertad de expresión. Así, durante el
gobierno militar de Farrell (1944-1946), se sancionó el llamado Manual de Instrucciones mediante el cual
se promulgaba la censura previa ya que el estado podía prohibir contenidos.
Existía un detallado control de los contenidos en cuanto a cuestiones morales,
políticas e idiomáticas que era llevado por la Dirección General
de Radiodifusión, órgano dependiente de la Subsecretaría de Informaciones y Prensa que a su
vez dependía del poder ejecutivo (esta subsecretaría había sido creada durante
el gobierno de Ramirez (1943-1944).
Los sistemas de propiedad de los medios de comunicación de un país son de tres tipos: privados (el estado no posee ningún
medio de comunicación), estatales (todos
los medios de comunicación pertenecen al estado) y mixtos (hay medios privados y también hay medios estatales). En
Argentina casi desde el comienzo el sistema de propiedad fue mixto, ya que en
1927 se funda Radio Municipal y en 1937 Radio Nacional. El comienzo de la
actividad estuvo en manos del mercado, fue privado.
Pero a lo largo de los
años, el estado comenzó a tener injerencia en la concesión de licencias,
en la organización técnica, en la legislación y en los contenidos. Este
cambio está asociado a un nuevo modelo de estado. En este modelo, llamado estado de bienestar[1],
el estado intervenía en cuestiones que anteriormente quedaban en manos de
empresas privadas: salud, educación, vivienda, servicios públicos (luz, agua,
teléfono, etcétera) obra pública (rutas, iluminación, etcétera). Es el estado
quien realiza estos servicios y quien regula e interviene. Por ejemplo, una
persona concurre a hospitales y escuelas del estado, paga un plan habitacional
llevado a cabo por el estado, tiene luz, agua, teléfono y gas que le brinda el
estado y trabaja como albañil de una empresa constructora de calles a la que el
estado contrata para la obra pública. Este período histórico del capitalismo
occidental comenzó a desarrollarse después de la crisis del treinta, como un modo
de dar trabajo a los desocupados y activar la economía. Tuvo vigencia hasta
mediados de los años setenta, cuando se implanta lo que se conoce como estado neoliberal. El estado lleva
adelante políticas activas en lo legislativo, en lo económico, en lo social y
en lo cultural. El estado de bienestar se desarrolla en las economías
capitalistas, donde las empresas privadas desarrollan la mayor parte de las
actividades económicas. Pero la particularidad de este modelo de estado es que
no deja libradas enteramente a la ley de la oferta y la demanda las relaciones
sociales. ¿Qué quiere decir esto? Pues que el estado vigila, controla y regula
las actividades privadas. Por ejemplo: protege al trabajador frente al
empleador para que la desigualdad social no genere una gran diferencia. O desarrolla
una actividad comercial que no puede ser afrontada por los privados porque
tiene altos costos, como por ejemplos las aerolíneas. Para poder afrontar los
gastos cobra impuestos. El estado de bienestar y el estado neoliberal tienen
que ver con dos concepciones ideológicas: o dejar que el mercado regule las
relaciones sociales o intervenir en estas relaciones buscando achicar las
desigualdades del capitalismo. El estado de bienestar no es crítico del
capitalismo, sino que es crítico del mecanismo de la oferta y la demanda.
Los gobiernos de Perón.
Durante los gobiernos de
Juan Domingo Perón (1946-1952 y 1952-1955), el estado desarrolló una amplia
política comunicacional, interviniendo en las áreas nombradas anteriormente (concesión
de licencias, cuestiones técnicas, legislación y contenidos). Los gobiernos de
Perón llevan adelante de un modo vigoroso el modelo del estado de bienestar. El
estado hasta brinda vacaciones en colonias turísticas a los hijos de los
obreros, por poner solo un ejemplo, entre tantos que se pueden dar. Ya antes de
que Perón llegara al poder, el gobierno de Farrell (del que el Perón fue un
importante funcionario) creó la agencias de noticias estatal TELAM “…cuyo
principal objetivo fue contrarrestar el oligopolio informativo de las agencias
estadounidenses Associated Press (AP) y United Press (UPI)” (Arribá, 2006:79).
Como cuenta Arribá (2006), el gobierno dio impulso al cine, al obligar a
exhibir a las salas películas argentinas y al reglamentar la ley de protección
al cine. Además, en 1946 se sancionó por ley nacional el Estatuto del
Periodista Profesional. Perón también le dio gran impulso a la Subsecretaría de
Informaciones y Prensa para que la obra realizada por el gobierno tuviera una
amplia difusión. Allegados al gobierno compraron medios gráficos (editorial
Haynes y diario La Razón ). En 1947 el
estado adquiere las cadenas de radio Belgrano, Splendid y El Mundo. Ese mismo
año se expropia el diario La Prensa , opositor al
gobierno. Vale aclarar que como dice Arribá (2006) en 1945 y 1946, la mayoría
de los medios eran opositores a Perón y manipulaban y distorsionaban la
información, lo que pone en contradicción el concepto de libertad de expresión.
Porque si bien el gobierno peronista restringió esta libertad, también es
cierto que en el período anterior la prensa jugaba sucio, informando
parcialmente.
En 1951 comienzan las
primeras emisiones de televisión. Perón le encarga al empresario Jaime
Yankelevich que compre la tecnología necesaria y ponga a funcionar el canal 7,
que es propiedad del estado nacional. Como dice Arribá (2006: 87): “Si la radio
se inició a partir de la iniciativa privada (el mercado), la televisión lo
haría a partir de la iniciativa pública (el Estado).
En 1953 sanciona en el
Congreso Nacional la Ley Número
14.184. La primer y única ley de medios democrática hasta la sancionada en
2009. En esta ley se hace hincapié en las características de los contenidos de
la programación que debían elevar el nivel cultural de la población, exaltar
los valores patrios, los valores morales compartidos y difundir la cultura del
interior del país. Se adjudican las cadenas radiales (eran tres: A, B y C) a
sectores allegados al gobierno. Las licencias son por veinte años a argentinos,
quienes no pueden vender estas licencias. Se mantiene el sistema de redes, por
el cual, las radios tienen su cabecera en la ciudad de Buenos Aires y
retransmiten los contenidos a las señales del interior. Esto genera un modelo
centrado en Buenos Aires y desalienta la producción de contenidos en el
interior del país.
El período 1955-1976
El 16 de septiembre de 1955 los militares
antiperonistas dan un golpe de estado y derrocan al gobierno. El 1 de octubre
el gobierno del general Lonardi declaró nulas las adjudicaciones de las
licencias de radiodifusión. En 1957 se sancionó una ley de radiodifusión que
buscaba básicamente impedir que allegados a Perón poseyeran licencias de
radiodifusión y evitar también la formación de oligopolios (varios medios en
manos de pocas empresas) y por ello se impidió que un mismo titular tuviera
varios medios y que se formen cadenas de radiodifusión. La nueva ley también
disponía que se adjudicaran señales para la televisión privada. Hasta ese
momento solo existía canal 7, propiedad del Estado. En 1958 se adjudican los
canales 9, 11 y 13 a sectores allegados al gobierno militar. Sin embargo, poner
en funcionamiento un canal de televisión era muy costoso, así que los
licenciatarios argentinos salieron a buscar socios extranjeros. Aunque se
prohibía la participación de extranjeros en el manejo de los canales, la ley no
prohibía que las productoras de contenidos (quienes fabrican los programas)
fueran de otro país. De este modo, los dueños de canal 13 se asocian con la CBS , los de canal 11 con la ABC y los de canal 9 con la
NBC. Estos canales norteamericanos les
prestan dinero a los argentinos a cambio de que les compren su programación. El
objetivo era vender sus productos y para ello los norteamericanos necesitaban
que los canales estuviesen en funcionamiento.
La televisión recién se
hace masiva en la década del sesenta. En los años cincuenta era una minoría la
que tenía aparatos receptores. Pero en los sesenta, debido al crecimiento
económico del país y a una mayor oferta televisiva, crece el número de hogares
con televisión. Hacia 1968, según Graziano (1974), citada por Bulla (2006), el
72 por ciento de los hogares posee un aparato receptor y en 1974 ese número se
eleva al 99 por ciento. Además de los canales capitalinos se inauguran canales
en las principales ciudades del interior del país.
En 1965, las cadenas
norteamericanas comienzan a irse de Latinoamérica, en parte porque ya han
cumplido su objetivo de vender sus productos y en parte porque no es rentable
seguir invirtiendo. Empresarios argentinos que antes habían sido periodistas o
que siempre estuvieron vinculados a los medios comienzan a comprar los canales
de televisión. Así, Hector Ricardo García, el dueño de Crónica compra canal 11. Alejandro Romay el 9. Y los hermanos Vigil
(dueños de editorial Atlántida) compran acciones de canal 13 y se asocian a
Goar Mestre (un cubano que fue pionero en la instalación de la televisión tanto
en su país como en Argentina).
Durante los gobiernos
miliares de la Revolución Libertadora
(1955-1958) y la Revolución Argentina
(1966-1973) se limitó la libertad de expresión. No se podía opinar contra los
gobiernos militares y tampoco se podía decir algo que según los militares atentase
contra “la moral y las buenas costumbres”. Por ejemplo, durante la Revolución Libertadora
no se podía nombrar al General Juan Domingo Perón y por ello los medios debían
aludir a él con otros nombres como por ejemplo “el tirano prófugo”. Durante la Revolución Argentina
y en plena efervescencia juvenil (después del movimiento hippie y del Mayo
Francés), los jóvenes no podían usar pelo largo ni las chicas minifalda.
Existía una censura general que reprimía todo tipo de manifestación que no
coincidiera con la moral de la
Iglesia y las tradiciones morales patriarcales[2].
Los medios no solo no podían criticar al gobierno sino tampoco reproducir
ideas, imágenes o comentarios que supuestamente atentasen contra la moral
burguesa, militar y patriarcal. La famosa canción del grupo Pedro y Pablo “La
marcha de la bronca”, creada en 1970, resume la sensación de hastío y la rebeldía
de los jóvenes. Esta es su letra:
Bronca cuando ríen satisfechos
al haber comprado sus derechos
Bronca cuando se hacen moralistas
y entran a correr a los artistas
Bronca cuando a plena luz del día
sacan a pasear su hipocresía
Bronca de la brava, de la mía,
bronca que se puede recitar
Para los que toman lo que es nuestro
con el guante de disimular
Para el que maneja los piolines
de la marioneta general
Para el que ha marcado las barajas
y recibe siempre la mejor
Con el as de espadas nos domina
y con el de bastos entra a dar y dar y dar
¡Marcha! Un, dos...
No puedo ver
tanta mentira organizada
sin responder con voz ronca
mi bronca
mi bronca
Bronca porque matan con descaro
pero nunca nada queda claro
Bronca porque roba el asaltante
pero también roba el comerciante
Bronca porque está prohibido todo
hasta lo que haré de cualquier modo
Bronca porque no se paga fianza
si nos encarcelan la esperanza
Los que mandan tienen este mundo
repodrido y dividido en dos
Culpa de su afán de conquistarse
por la fuerza o por la explotación
Bronca pues entonces cuando quieren
que me corte el pelo sin razón,
es mejor tener el pelo libre
que la libertad con fijador
¡Marcha! Un, dos...
No puedo ver
tanta mentira organizada
sin responder con voz ronca
mi bronca
mi bronca
Bronca sin fusiles y sin bombas
Bronca con los dos dedos en Ve
Bronca que también es esperanza
Marcha de la bronca y de la fe...
al haber comprado sus derechos
Bronca cuando se hacen moralistas
y entran a correr a los artistas
Bronca cuando a plena luz del día
sacan a pasear su hipocresía
Bronca de la brava, de la mía,
bronca que se puede recitar
Para los que toman lo que es nuestro
con el guante de disimular
Para el que maneja los piolines
de la marioneta general
Para el que ha marcado las barajas
y recibe siempre la mejor
Con el as de espadas nos domina
y con el de bastos entra a dar y dar y dar
¡Marcha! Un, dos...
No puedo ver
tanta mentira organizada
sin responder con voz ronca
mi bronca
mi bronca
Bronca porque matan con descaro
pero nunca nada queda claro
Bronca porque roba el asaltante
pero también roba el comerciante
Bronca porque está prohibido todo
hasta lo que haré de cualquier modo
Bronca porque no se paga fianza
si nos encarcelan la esperanza
Los que mandan tienen este mundo
repodrido y dividido en dos
Culpa de su afán de conquistarse
por la fuerza o por la explotación
Bronca pues entonces cuando quieren
que me corte el pelo sin razón,
es mejor tener el pelo libre
que la libertad con fijador
¡Marcha! Un, dos...
No puedo ver
tanta mentira organizada
sin responder con voz ronca
mi bronca
mi bronca
Bronca sin fusiles y sin bombas
Bronca con los dos dedos en Ve
Bronca que también es esperanza
Marcha de la bronca y de la fe...
Esta canción expresa el descontento político, social,
cultural y generacional. La canción habla no solo de la dominación cultural,
sino también de la dominación económica (norteamericana), de la dominación política
(los militares) y de la falta de libertada (“bronca porque está prohibido todo/hasta lo que haré
de cualquier modo”).
Las películas extranjeras con escenas de sexo o de
política eran censuradas. Se cortaban con tijeras las partes de las cintas
cinematográficas que tenían las “escenas indebidas”…
En 1973 gana
las elecciones Héctor Cámpora, el candidato del partido Justicialista, ya que
Juan Domingo Perón continuaba proscrito por los militares. Ese mismo año, vencen las licencias de
televisión otorgadas en 1958 (la ley las adjudicaba por quince años). Se genera
un debate sobre si llamar a nuevas adjudicaciones, prorrogar las existentes o
nacionalizar el sistema de televisión. En octubre, el Estado nombra
interventores en las canales privados y se prorroga el llamado a licitación.
Finalmente, el 18 de junio de 1975 la presidenta María Estela Martínez de Perón[3] expropia los canales de televisión y las productoras asociadas y de
este modo se estatizan los canales capitalinos y también el 7 de Mendoza y el 8
de Mar del Plata (Morone y de Charras, 2006).
La dictadura y la Ley de Radiodifusión.
El 24 de marzo de 1976 los militares derrocan a Estela
Martínez de Perón. Desde el primer día informan que el gobierno establece la
censura. Como explican (Postolski y Marino, 2006:161): “La desinformación a
través del ocultamiento de hechos y la censura explícita, fueron mecanismos que
tendieron a la construcción de un discurso hegemónico oficial, sin posibilidad
de ser contrarrestado”. Ya antes de que los militares tomaran el poder, el
gobierno de María Estela Martínez de Perón había armado listas negras,
proscrito a artistas y periodistas y perseguido, secuestrado y asesinado a opositores.
Los militares continuaron y aumentaron estas persecuciones. Se instalaron
campos de concentración donde se detenía ilegalmente (sin orden de un juez), se
secuestraba y se asesinaba a todo aquel que fuera sospechoso de “subversión”.
Se calcula que son unos 30.000 los desaparecidos por el régimen militar.
En los juicios que se hicieron después de 1983 y que
actualmente se continúan haciendo (hecho sin precedentes en la historia mundial
universal) quienes salieron con vida de los campos de concentración contaron y
cuentan lo que sucedió. El Estado organizó y planificó un plan para exterminar a
toda una generación de militantes, trabajadores y jóvenes que luchaban por un
mundo más justo e igualitario. Si bien la guerrilla armada cometió asesinatos,
secuestros, robos y atentados[4], estas acciones jamás pueden justificar el plan genocida. Los militares
y la policía deben encarcelar y juzgar no por orden del Poder Ejecutivo sino
por medio del Poder Judicial, que debe investigar y resolver en su órbita los
actos ilícitos y delictivos.
Como dice Luis Bruschtein, citado por Postolski y
Marino (2006:161) “… el proyecto de la dictadura era disciplinar a una sociedad
que tenía un alto nivel de politización y que reclamaba por sus derechos, que
estaba altamente movilizada con un alto nivel de conciencia y un alto nivel de
organización”. Los grupos armados guerrilleros estaban formados por una minoría
de la población. Sin embargo, los trabajadores y la población en general estaba
muy politizada y apostaba a generar cambios políticos y económicos que
mejorasen la vida de toda la población, principalmente la de los más pobres. El
gobierno militar se encargó de reprimir toda movilización social para imponer
un modelo económico neoliberal de ajuste (esto significa que se le paga menos a
los trabajadores para que los empresarios ganen más). La dictadura llevó
adelante el plan genocida para poder imponer su política económica neoliberal
que beneficiaba a un pequeño grupo de empresarios y terratenientes.
Como relatan Postolski y Marino (2006:165) “La
división de las señales de la televisión fue la siguiente: Canal 9 para el
Ejército, que también controlaba el 7… canal 11, para la fuerza aérea y el 13,
para la Armada. Con
respecto a las radios, prevaleció el Ejército por sobre las otras fuerzas”. El
gobierno pagó a sus dueños la expropiación de los canales (a Goar Mestre y a
los Vigil por el 13 y a Héctor Ricardo Garcia por el 11). Alejandro Romay se
negó a cancelar la disputa judicial, y por ello, cuando comenzó la democracia
en 1983, la justicia determinó que el canal volviese a sus manos. En 1978 se
inauguró Argentina Televisora Color (ATC) para transmitir el Mundial de Fútbol,
aunque solo las señales al exterior eran en color. En Argentina recién en 1982
se empezó a transmitir en colores. Según Polstoski y Marino (2006:173) “Los costos totales del
Mundial 78 son aún hoy un récord: 520 millones de dólares, frente a los 150 que
costó España 82”. El gobierno militar intentó utilizar el evento deportivo para
brindar una imagen de unidad y progreso a la población, a pesar de que a pocas
cuadras del estado de River Plate (uno de los estadios donde se jugó partidos),
en la Escuela
de Mecánica de la Armada ,
funcionaba uno de los mayores centros clandestinos de detención y tortura.
La dictadura también quiso congraciarse con
los dueños de los diarios. Y así fue que le vendió el 75 por ciento de la
empresa Papel Prensa a los diarios La Nación , La Razón y Clarín.
Esta empresa monopólica y productora de papel para diarios y revistas había
sido propiedad de David Gravier, quien fue acusado de tener vinculaciones con
los montoneros (organización peronista armada). Por este motivo se intervinieron
sus bienes. Poco tiempo después falleció en un confuso accidente aéreo y se obligó
a su familia a vender sus bienes al gobierno. El gobierno le dio facilidades
financieras a los diarios compradores. De este modo, Clarín, La Razón
y La Nación ,
se convirtieron en los medios escritos más importantes de fines del siglo XX en
Argentina. En el 2000, el diario La Razón se declaró en
quiebra y vendió sus acciones a Clarín
y a La Nación.
En marzo de 1980 el
gobierno de Videla sancionó el decreto-ley de Radiodifusión 22.285. Esta ley
buscaba controlar la libertad de expresión ya que como citan textualmente
Marino y Postolski (2006, 175) “Los servicios de radiodifusión deberán difundir
la información y prestar la colaboración que les sea requerida, para satisfacer
las necesidades de la Seguridad Nacional ”.
Es necesario recordar que por “Seguridad nacional” los militares entendían la
persecución de toda ideología y práctica que ellos juzgasen subversiva.
Cualquier conducta o idea que cuestionase el orden político, económico,
cultural, social o ideológico podía ser vista como “subversiva”. Para la
ideología dominante de ese momento, subversivo era el que estaba en contra del
capitalismo, el que no estaba de acuerdo con el patriarcado y el que proponía
otros estilos o modos de vida, como por ejemplo los hippies o los rockeros. Por
la doctrina de la seguridad nacional se dejaba de lado el derecho a publicar
las ideas sin censura previa y también a recibir información de distinto tipo y
de diferentes personas y fuentes. El objetivo de la ley era que el Estado
tuviese el control de lo que se decía y de quién lo decía. Por ello, la ley
establecía la radiodifusión comercial. No podían obtener licencias las cooperativas,
los partidos políticos o las organizaciones sin fines de lucro. La radio y la
televisión eran un negocio y no un servicio público. La ley limitaba la
cantidad de licencias que podía tener una misma persona (tres licencias y en
diferentes áreas de cobertura). La ley prohibía que los dueños de diarios
accediesen a la radio y a la televisión. Era una ley que buscaba que no se
formaban los monopolios u oligopolios. No podían acceder extranjeros y se
renovaban las licencias existentes (los militares también buscan congraciarse
con este sector).
El retorno de la democracia.
En 1983, después de la
derrota de la guerra de Malvinas en 1982, los militares llaman a elecciones.
Gana el partido radical. Raúl Alfonsin gobierna entre 1983 y 1989. Alfonsin
debe dejar el gobierno seis meses antes porque si bien no es derrocado por un
golpe de estado, sí lo es por el poder económico. Las cámaras empresariales
aumentan sin parar los precios generando picos de hiperinflación. Los grupos
poderosos sabían que la población no apoyaría un golpe de estado, así que
deciden generar una escalada de precios que hace que los sueldos de los
trabajadores no alcancen para nada. Durante el gobierno de Alfonsín, se respetó
la libertad de expresión, volvieron los artistas y periodistas perseguidos y se
comenzó a esclarecer todo lo sucedido durante la dictadura. Sin embargo, no se
pudo avanzar en la sanción de una ley democrática para los medios de
comunicación. En esta época florecen las radio de frecuencia modulada (FM) y las
radios FM de baja potencia o barriales o comunitarias o truchas (porque no
tenían licencias). También crecen las empresas de cable de televisión que brindan
señales extranjeras y especializadas en contenidos específicos. Los canales de
televisión de aire siguen en manos del estado.
En 1989 Carlos Menem
gana las elecciones presidenciales. Aunque en la campaña presidencial había
prometido el “salariazo”, rápidamente lleva adelante políticas neoliberales que
incluyen congelamiento de los salarios, beneficios laborales para los
empresarios, un dólar que beneficia la importaciones (y destruye la capacidad
productiva de los empresarios nacionales), reducción del gasto público (lo que
significa menos y peores servicios en salud, educación, vivienda y obra
pública) y la venta de las empresas del estado. Mediante la ley 23.696 de
reforma del estado de agosto de 1989, el estado decide vender varios activos
del estado. Es esta ley la que habilita la modificación de la ley de
radiodifusión de la dictadura: se permite que una misma empresa tenga varios
medios de comunicación y que participen de empresas de radiodifusión medios
periodísticos escritos. Esto lleva a la
formación de oligopolios porque las empresas con mayor capital van comprando a
las más chicas para tener menos competencia en el mercado.
En Argentina se formaron
grandes grupos multimedios que lideraron el mercado durante veinte años. Por un
lado, el grupo Clarín, dueño del diario del mismo nombre, de canal 13, de la
empresa de cable Multicanal, de productoras de contenidos (como Polka con
participación accionaria de Adrián Suar), de radio Mitre y FM 100, de señales
de cable, de productora de eventos (como Expo Agro[5]),
entre otros. Por otro lado está el grupo Telefé, dueño de canal 11, de radio
continental, relacionado con editorial Atlántida, dueño de empresas de cable,
de FM Hit y La Red ,
de productoras de cine y televisión, entre otras.
Pero también, a lo largo
de los años, se fueron formando otros grupos multimedios como el del grupo La Nación , el de América
Multimedios, el de Editorial Perfil, el de Vila y Manzano, el de Hadad, el de
Editorial Atlántida, el de Héctor Ricardo García, etcétera. Estos grupos fueron
vendiendo y comprando señales, canales, diarios, revistas, productoras y medios
digitales. Salvo Canal 7, Radio Nacional, Radio Municipal y algunos canales de
radio y televisión del interior del país, la radiodifusión se convirtió en un
negocio en el que lo más importante no eran los contenidos sino el rating y las
ventas.
Los medios cumplen la
función de informar, educar y entretener. Son un servicio público: algo que la
población necesita para ejercer su ciudadanía (elegir candidatos, participar de
manifestaciones, apoyar ciertas demandas, saber cómo se maneja el dinero del
Estado, por qué paga lo que paga por los servicios públicos, etcétera). En un
país democrático debe haber pluralidad de informaciones y de puntos de vista. La
información y el conocimiento no pueden ser tratados como mercancías. Según el
pensamiento neoliberal, la competencia lleva a que la gente elija la mejor
opción en precio y calidad. Pero no toda la población tiene esta opción: quien
no puede pagar el cable no puede acceder a programas educativos, culturales,
dedicados especialmente a los niños, etcétera. Quien no tiene dinero o no tiene
el suficiente, no goza de los supuestos “beneficios” del libre mercado.
Durante el gobierno de
Menem, se vendió la emisora de Radio Municipal propiedad del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a Daniel
Hadad, periodista amigo del presidente. Radio Municipal siempre había sido una
emisora de tipo cultural y tenía un público fiel e importante en cantidad.
Hadad la convirtió en Radio Diez, una emisora ultra menemista y xenofóbica, enemiga de los trabajadores y difusora de la
ideología del libre mercado. Esta emisora, con un discurso supuestamente
popular, se convirtió en una de las más escuchadas. Apelando a un vocabulario
simple y con programas de formatos populares, comenzó a difundir un discurso
que condena las huelgas, las protestas, las opiniones de las minorías, los
reclamos de los sectores más desfavorecidos de la sociedad y que además hace
alarde del peor sentido común en tanto estigmatiza a los villeros y pide más
mano dura para los delincuentes. La radio apela al sentimiento de hastío y
miedo de la gente con el llamado tema de “la inseguridad”. Pero este tipo de
discurso de mano dura no se pregunta por qué circula más la droga, por qué hay
más asesinatos y robos, por qué hay más violencia.
No se cuestionan que las
políticas neoliberales que beneficiaron a una minoría degradó al máximo el
nivel de vida de las mayorías. Esto generó que muchas personas no vean futuro
ni posibilidades y se entreguen a las salidas más fáciles (y peligrosas), como
robar o contrabandear droga. No se está justificando este tipo de delitos, pero
sí se está tratando de comprender por qué la delincuencia se duplicó a
principios de los años noventa, cuando la población se quedó sin empleos o con
empleos muy mal pagos. Los medios como Radio Diez buscan eliminar a quienes ya
están excluidos, sin preguntarse, también cuál es el rol de la policía y de los
funcionarios, que suelen proteger a los jefes de las bandas que roban. Los
jóvenes que roban son los “soldados” (en la jerga así se llaman) que salen a
hacer los trabajos más arriesgados para grandes jefes protegidos por las
cúpulas de la policía y el poder. Estos “soldados” son quienes son usados y
descartados cuando ya no sirven o no quieren seguir robando. Van presos o son
asesinados. Esta es la realidad que los medios ocultan, tapan, protegen. El rol
de los medios es informar e incluir en sus discursos a los excluidos, no
criminalizarlos y estigmatizarlos más. No son los medios quienes deben buscar
soluciones, pero sí quienes deben ser un espacio público de difusión y
discusión de alternativas democráticas y no represivas. Democrático es un
Estado que no solo permite la libertad de expresión sino que también amplia las
posibilidades para quienes habitan en su territorio.
Los espacios de
radiodifusión se privatizaron, así como las empresas de luz, agua, gas, las aeronáuticas,
las ferroviarias, las petroleras, las postales y las telefónicas, que antes
habían sido del estado. Lo descrito sobre Radio Diez da cuenta de cómo comenzaron
a operar los medios de comunicación durante la época menemista (y como lo
siguieron haciendo durante veinte años más e incluso en la actualidad).
Periodistas como Mariano Grondona y Bernardo Neustadt hacían campaña todos los
días por las radios y la televisión para que se privatizaran los servicios
públicos. Se hablaba incansablemente sobre cómo todo funcionaba mal, pero no
explicaba cómo se había estado vaciando a estas empresas con el claro objetivo
de brindaran un pésimo servicio. La población, hastiada del mal funcionamiento
y convencida por estos voceros del libre mercado, aceptó las privatizaciones.
Una de las ventas más bochornosa fue la del petróleo. Argentina vendió uno de
los bienes más preciados para cualquier economía nacional porque deja
importantes divisas (dólares). Los funcionarios del estado y los gobernadores
se llenaron de dinero, gracias a las prebendas. Había poco espacio en los
medios para que las voces que alertaban sobre el peligro de vender estos bienes
pudiesen expresarse.
Durante los gobiernos de
Menem (1989-1995 y 1995-1999) se concentró la propiedad de los medios de
comunicación en pocos empresarios. Estos grupos, casi todos amigos del
neoliberalismo, poseían varios medios y controlaban la información y el
entretenimiento. En los canales privados y estatales no hubo prácticamente
ningún tipo de programa educativo. Si bien los canales privados mejoraron las
cuestiones técnicas de los canales y la calidad estética de algunos programas,
lo cierto es que el objetivo no era formar ciudadanos informados y educados
sino “vender audiencias a los anunciantes”.
En 1994 también se
permitió la entrada de empresas extranjeras a los servicios audiovisuales, algo
prohibido por la ley de la dictadura. Así, por ejemplo canal 9 pasó por un
tiempo a ser parte de un empresario australiano. También se formaron las
grandes redes de radiodifusión con cabeceras en Buenos Aires. Esto generó que
casi toda la programación que se escuchaba en el interior del país proviniese
de la capital federal. En los años noventa se produce un espectacular
crecimiento de la televisión por cable. Lentamente las pequeñas empresas son
compradas por empresas más grandes. Dos empresas lideran el mercado a comienzos
del siglo XXI: Cablevisión (del grupo multimedios de Eurnekian) y Multicanal
(de Clarín). Telecentro, de Alberto Pierri (dueño también del canal de cable
26) se expande por la ciudad de Buenos Aires y algunas zonas del conurbano.
Durante los gobiernos de
Fernando de la Rúa
(1999-2001)[6],
Eduardo Duhalde (2002-2003) y Néstor Kirchner (2003-2007) el mapa de medios
siguió igual, con ventas, fusiones y nuevos entramados comerciales, pero bajo
el mismo sistema de propiedad (privatizado y concentrado). Durante el gobierno
de Kirchner, en 2005, se prorrogaron automáticamente las licencias de
radiodifusión a quienes las habían obtenido en 1990. Kirchner quiso
congraciarse con los grandes multimedios para que no opinaran en contra del
gobierno.
El sistema de medios continuó
igual hasta el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-actualidad). En
2004, universidades, intelectuales, ONGs y diversas entidades formaron la Coalición por una radiodifusión democrática (http://www.coalicion.org.ar/). El objetivo de esta iniciativa
era consensuar mediante el debate democrático una serie de puntos y propuestas
para reformar la ley de la dictadura de los medios. Se organizaron encuentros,
charlas y debates para instalar el tema en diferentes espacios públicos.
La nueva Ley de Comunicación Audiovisual
El 27 de agosto de 2009
y coincidiendo con el día de la Radiodifusión , la presidenta mandó al Congreso el
proyecto de ley del gobierno, que se basaba en los 21 puntos de la Coalición por una radiodifusión democrática. Luego
de largos debates en las cámaras de senadores y diputados y con modificaciones
al proyecto original, el 10 de octubre de 2009 se sancionó la Ley 26522 de Servicios de
Comunicación Audiovisual. Desde fines de 2009 hasta mediados del 2010 la ley
todavía no pudo ser aplicada porque algunos jueces la declararon
inconstitucional. La Corte Suprema
de Justicia finalmente declaró nulos estos fallos y actualmente el gobierno
trabaja en la implementación de los decretos para que la ley se comience a
aplicar.
La ley considera a la comunicación audiovisual una actividad
social de interés público, de carácter esencial para el desarrollo sociocultural
de la población. La ley afirma el derecho
humano inalienable de expresar, recibir, difundir e investigar informaciones, ideas
y opiniones sin ningún tipo de censura.
Se crea la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual,
un órgano autárquico y descentralizado, que tiene como función la aplicación,
la interpretación y el cumplimiento de la ley. Su directorio estará conformado funcionarios
designados por el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Existirá también un Consejo Federal de Comunicación Audiovisual
cuyos miembros provinciales van a representar a los prestadores privados, a
las emisoras universitarias, a los medios públicos y a los trabajadores de
Prensa. Asesorará a la Autoridad Federal.
También se crea la Defensoría
del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, un
organismo encargado de recibir y canalizar las consultas, reclamos y denuncias
del público de la radio y la televisión. Será designado por resolución conjunta
de los presidentes de ambas Cámaras.
Los servicios de televisión por cable deberán disponer de un abono social. Esta disposición atiende
a que, en ciertos sitios, el prestador de servicio de radiodifusión por
suscripción a título oneroso, es el único servicio que existe para mirar
televisión. Se busca que todos los habitantes tengan acceso a los servicios de
radiodifusión y comunicación audiovisual.
Con el fin de impedir la formación
de monopolios y oligopolios, la ley pone límites a la concentración, fijando
topes a la cantidad de licencias. En el ámbito nacional un mismo
concesionario sólo podrá tener una licencia de servicio de televisión
satelital. Quien sea dueño de TV satelital no podrá tener otro medio de comunicación. Una misma persona[7] o
empresa solo podrá tener hasta 10 licencias de radio, televisión y una sola
señal de contenidos en todo el territorio nacional. Una misma persona no podrá
prestarle el servicio a más del 35 por ciento del total de habitantes del país.
A nivel local una persona o empresa solo podrá tener una radio AM y una
de FM. Solo una licencia para televisión. Solo una de televisión por cable,
siempre y cuando no tenga una de televisión abierta y viceversa. Ninguna
persona puede tener más de 3 licencias.
Para ser titular de una licencia se ponderarán criterios de idoneidad y
de arraigo en la actividad. Excluirá a quienes hayan sido funcionarios jerárquicos
de gobiernos de facto, atendiendo a la importancia de los medios en la
construcción del Estado de Derecho y la vida democrática. Cuando el prestador
del servicio fuera una sociedad comercial deberá tener un capital social de
origen nacional, permitiéndose la
participación de capital extranjero sólo de hasta un 30 por ciento del capital
accionario.
A diferencia de la ley anterior, se
permite la participación de cooperativas,
siempre y cuando se garantice una porción del mercado al competidor. La operación
de los medios audiovisuales se hará, según la propuesta, por sistema de
licencias y las mismas durarán diez años (eran por 15) y se podrán prorrogar
por diez años más, previa realización de audiencias públicas. Quienes hayan
obtenido una renovación o prórroga, no podrán solicitar una nueva extensión de
plazo. Al mismo tiempo esas licencias serán controladas cada dos años, para
evitar que con la incorporación de nuevas tecnologías -la digitalización- un
licenciatario multiplique sus señales, generando un nuevo modo de
concentración. Existirá un registro para saber de quién es la propiedad de cada
medio de comunicación.
Los servicios de televisión abierta deberán emitir un mínimo del 60% de producción nacional; con
un mínimo del 30% de producción propia que incluya informativos locales.
Los servicios de televisión por cable no satelital deberán incluir como mínimo
una señal de producción local propia. También deberán incluir en su grilla de
señales originadas en países del MERCOSUR y en países latinoamericanos. Las radios privadas deberán emitir un
mínimo de 50% de producción propia, que incluya noticieros o informativos
locales. El 30% de la música emitida deberá ser de origen nacional. Quedarán
eximidas emisoras dedicadas a colectividades extranjeras o temáticas.
Las emisiones de televisión abierta y la señal local de producción
propia de los sistemas de cable deben incorporar medios de comunicación visual
adicional en el que se utilice subtitulado
oculto (closed caption), lenguaje de señas y audio descripción, para la
recepción por personas con discapacidades sensoriales, adultos mayores y otras
personas que puedan tener dificultades para acceder a los contenidos.
Se garantiza el derecho al acceso universal -a través de los servicios
de comunicación audiovisual- a los contenidos informativos de interés relevante
y de acontecimientos deportivos de encuentros futbolísticos u otro género o
especialidad. Los partidos de fútbol y
otros encuentros olímpicos que sean de interés para la Argentina se transmitirán
por la televisión abierta de acceso libre.
Se regula el tiempo de emisión de publicidad con el
objetivo de proteger al público contra un exceso de interrupciones
publicitarias y promover un modelo de radio y televisión de calidad (14 minutos
para radio y 12 para televisión cada sesenta minutos de emisión). Deben ser de
producción nacional y no deben emitir contenidos racistas y discriminatorios ni
alentar el consumo de sustancias adictivas.
Se crea Radio y Televisión
Argentina Sociedad del Estado, que reunirá a todos los servicios de
radiodifusión sonora y televisiva que en este momento se encuentra bajo la
órbita del Estado Nacional. Tiene como objetivos promover los derechos humanos,
garantizar el derecho a la información, promover la educación y la diversidad
social y cultural y producir programación infantil especializada. Se reserva
para cada Estado Provincial y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires una frecuencia
AM, una FM y una de televisión abierta. Cada Estado Municipal tendrá reservada
una frecuencia FM.
Se reserva el 33% de las
localizaciones radioeléctricas planificadas, en todas las bandas de
radiodifusión sonora y de televisión terrestres, en todas las áreas de
cobertura, para las organizaciones sin fines de lucro.
Además, los pueblos originarios serán autorizados para la instalación y
funcionamiento de radios AM y FM y así como de señales de televisión abierta. Las
Universidades Nacionales podrán ser titulares de autorizaciones para la
instalación y explotación de servicios de radiodifusión. Deberán dedicar
espacios relevantes de su programación a la divulgación del conocimiento
científico, a la extensión universitaria y a la creación y experimentación
artística y cultural.
Se protege a la niñez
de contenidos indebidos fuera del horario de protección al menor (22 horas
a 6 horas). Se sancionarán los contenidos racistas y discriminatorios que
afecten la dignidad humana y que puedan
influir en la educación de los niños. Se crea también el Consejo Asesor de la Comunicación
Audiovisual y la
Infancia para incrementar la calidad de la programación
dirigida a los niños.
Se establece, por primera vez, la
fijación de una cuota de pantalla para el cine nacional. Los
canales de televisión abierta y de cable deberán exhibir de forma obligatoria y
en estreno televisivo ocho películas nacionales por año.
También se contemplan sanciones leves y graves (que van desde
apercibimientos hasta la suspensión de licencias y el cobro de multas) para
aquellos licenciatarios que no cumplan con lo normado en la
Ley. Se sancionará el incumplimiento de lo
reglamentado sobre licencias y contenidos (por ejemplo transferencias no
autorizadas de licencias o contenidos discriminatorios o violación del horario
de protección al menor). Las sanciones son llevadas a cabo por la Autoridad Federal
de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA, que reemplaza al COMFER o
Comité Federal de Radiodifusión instituido por la ley derogada). El AFSCA es el
organismo que de ahora en más regula y controla el funcionamiento de los medios
audiovisuales en Argentina (http://www.afsca.gob.ar/web/).
Conclusiones.
Como se vio a lo largo del trabajo, las políticas de
comunicación en Argentina cambiaron según los modelos políticos y económicos
vigentes. Durante el Estado de Bienestar, los gobiernos asumieron una política
activa; los gobiernos neoliberales dejaron que fuera el mercado el que regulara
el funcionamiento de los medios. Los gobiernos militares restringieron la
libertad de expresión. Durante los gobiernos democráticos se da lo que se
denomina “libertad formal” de expresión, ya que no todos los actores sociales
pueden expresarse en los medios y menos ser licenciatarios de señales.
La nueva Ley de Servicios Audiovisuales es una
oportunidad para afianzar la democracia, ya que pone en funcionamiento una
serie de mecanismos para que no haya concentración económica y para que
diferentes actores sociales accedan a medios de comunicación (como las
organizaciones sin fines de lucro). De todos modos, los gobiernos de turno y
los diferentes actores sociales deberán ejercer con responsabilidad lo que esta
legislado. Los gobiernos no otorgando licencias a sectores “amigos” y los
diferentes sectores sociales haciendo uso de los nuevos mecanismos de expresión
y difusión de un modo creativo, atractivo e inteligente. Por otro lado, es
importante que desde el Estado se regulen los contenidos, especialmente los
dirigidos a niños y jóvenes, para ofrecerles una televisión de calidad. Y toda
la población debe estar atenta y solicitar que la televisión y la radio en
general ofrezcan programaciones diversas en cuanto a lo ideológico y lo
estético. Solo así se afianzará la democracia.
Bibliografía.
-Agusti, María Sol, Mastrini, Guillermo y Arribá Sergio (2006): “Radio,
economía y política entre 1920 y 1945”, en Mucho
ruido, pocas leyes. Economía y políticas de comunicación en Argentina
(1920-2004), La Crujía ,
Buenos Aires.
-Arribá Sergio (2006): “El peronismo y la política de la radiodifusión
(1946-1955)”, en Mucho ruido, pocas
leyes. Economía y políticas de comunicación en Argentina (1920-2004), La Crujía , Buenos Aires.
-Bulla, Gustavo (2006): “Televisión argentina en los 60: la
consolidación de un negocio de largo alcance”, en Mucho ruido, pocas leyes. Economía y políticas de comunicación en
Argentina (1920-2004), La
Crujía , Buenos Aires.
- Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual (2009): Boletín
Oficial de la República Argentina ,
Año CXVIII, Número 31.756
-Morone, Rodolfo y de Charras, Diego (2006): “El servicio público que no
fue. La televisión en el tercer gobierno peronista”, en Mucho ruido, pocas leyes. Economía y políticas de comunicación en
Argentina (1920-2004), La
Crujía , Buenos Aires.
-Postolski, Glenn y Marino, Santiago (2006): “Relaciones peligrosas: los
medios y la dictadura. Entre el control, la censura y los negocios”, en Mucho ruido, pocas leyes. Economía y
políticas de comunicación en Argentina (1920-2004), La Crujía , Buenos Aires.
[2] El sistema patriarcal es aquel en el que los
hombres mayores de edad son los que mandan. Las mujeres y los menores de edad
deben obedecer estas reglas ancestrales y no cuestionar la autoridad masculina.
[3] A fines de 1973 Cámpora renuncia y llama a
nuevas elecciones, que gana el General Perón. Pero el 1 de julio de 1974 Perón
muere y asume su esposa, que era la vicepresidenta.
[4] La guerrilla argentina no torturaba a sus
presos y si lo hizo fue en pocas ocasiones. No era su metodología. La tortura
sí era usual por parte de los militares, que la practicaban con todos o casi
todos sus detenidos.
[5] La batalla del diario Clarín y del diario La Nación en los primeros
meses del año 2008 en contra de las retenciones (impuestos) a la soja tiene que
ver con que los dueños de estos medios venden soja y con que son aliados en los
negocios con los grandes productores de soja. Expo Agro es la cara visible de
uno de los grandes negocios del Grupo Clarín: es un evento de negocios que
además genera mucha publicidad. Este medio tiene importantes anunciantes del
sector agropecuario.
[6] El 20 de diciembre de 2001 de la Rúa renuncia y asumen como presidentes
provisionales el senador Ramón Puerta, luego el legislador Rodolfo Rodríguez
Saá , después el diputado Alberto Camaño y finalmente, el 2 de enero de 2002,
el legislador Eduardo Duhalde.
[7] Por “personas jurídicas” se entiende en el
Código Civil a todos aquellos entes de existencia física (seres humanos) o
ideal (empresas u organizaciones sin
fines de lucro) susceptibles de adquirir derechos y contraer obligaciones.
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